1. CARACTERÍSTICAS ORGANIZATIVAS.
A.
Es Una Organización De Tipo Estratégico.
La teoría y la
experiencia internacional y nacional organizativa del marxismo nos dicen que existen
organizaciones de tipo estratégico, de tipo táctico y de tipo coyuntural.
Las organizaciones de tipo estratégico
son aquellas que requiere el proletariado y el pueblo para llevar a feliz
término los objetivos que se han trazado en una etapa revolucionaria dada,
siendo estas formas organizativas las que aglutinan al movimiento
revolucionario y de masas de manera
permanente. Las organizaciones políticas de masas de nivel intermedio expresan un nivel
avanzado de desarrollo de las masas, unen y cohesionan estas con la dirección
revolucionaria, siendo esta una tarea permanente durante todo el proceso.
Por lo demás,
como mencionamos más arriba, existen formas de organización de tipo táctico que
corresponde a formas de lucha que tienen existencia durante un período
determinado de la lucha de clases y, por tanto, desaparecen con el cambio de la
correlación de fuerzas, pues han sido concebidas, para propósitos de
“acumulación de fuerzas” por las mismas
masas, en condiciones particulares, “desapareciendo con el desarrollo del
movimiento de masas, el crecimiento de la conciencia de clase de las masas y la
agudización de las crisis económicas y políticas”[1], dando paso a otras que
corresponden a las nuevas necesidades.
Existen también
formas de organización coyunturales que nacen y desaparecen con las explosiones
del movimiento de masas, siendo
imposible en muchas oportunidades, por falta de conducción política,
transformarla en expresiones permanentes.
En resumen, podemos concluir que el
avance en el proceso de acumulación de fuerzas no determina la existencia de
formas organizativas de tipo estratégico. Lo que sucede es que estas últimas
adecuan sus estructuras a la nueva realidad de la lucha de clases para hacerse
más eficaces en la conducción política y en los demás campos de la actividad
revolucionaria; esa readecuación debe
hacerse sobre la base de las enseñanzas que deja la experiencia, a fin de
prepararse para afrontar con éxito las nuevas tareas que exige el proceso.
B. Se Guía Por Los Criterios
Leninistas De Organización.
Los criterios que guían en este tipo de
organización son:
a. El centralismo
democrático. El centralismo democrático es la centralización de las
ideas correctas a partir de lo cual se puede lograr la unidad de:
·
Compresión,
·
Política,
·
Planes,
·
Mando,
·
Acción.
Además el centralismo democrático
contempla la crítica y la autocrítica y la reglamentación de la vida
organizativa a través de los estatutos.
b. La planificación centralizada.
c. La división del trabajo y especialización.
C.
Tiene Un Grado Relativo De Autonomía Política Y Es Orgánicamente Autónoma. Para poder llevar la
política al pueblo es necesario definir cuales son las formas de organización y
de lucha, los métodos, estilos e
instrumentos que debemos diseñar y poner en práctica en nuestras condiciones
concretas, para lograr la unidad de la política con el movimiento de masas.
Además, es necesario tener en cuenta que
para poder elaborar una línea de trabajo correcta con el pueblo es necesario
tener en cuenta la experiencia acumulada por las masas en todos los campos, conocer el estado de ánimos de
estas, conocer donde están los sectores más avanzados, los medios y los atrasados y saberse apoyar en los
primeros, conocer el nivel político del movimiento, saber definir los
contenidos y los objetivos de las acciones de masas y elegir las consignas adecuadas que posibiliten su educación,
organización y movilización alrededor de ellas.
La autonomía relativa de la OPM se expresa en:
a) Definición de una estrategia y
tácticas sectorial propia, articulada a la estrategia y táctica general.
b) Estructura e instancias de definición
y dirección propias
c) Infraestructura y finanzas propias.
d) Prensa propia.
e) Estatutos particulares, que
corresponden a su nivel organizativo.
f) Línea de construcción particular. Tiene su propia línea de
construcción organizativa, que se expresa el tipo de crecimiento a desarrollar y la definición de cuáles son
los sectores más importantes a nivel estratégico, tanto en lo económico como en
lo político, para asentarnos allí, enrumbando nuestros esfuerzos claramente,
g) Métodos y estilos de trabajo correctos
y aplica los métodos de dirección marxistas.
h) Tiene instrumentos adecuados para
tener cohesión interna y proyectarnos de manera unificada hacia el movimiento
de masas, como son la prensa, la agitación, etc.
D.
Es Una Forma Organizativa clandestina.
Este carácter se determina por:
a. Los objetivos o fines que persigue
cada organización;
b. El carácter del
régimen imperante;
c. c. El tipo de
actividad que desarrolla. “Cuanto más masiva sea la organización, tanto
menos reglamentada y tanto menos clandestina deberá ser... La clandestinidad
será inversamente proporcional al número de miembros del círculo y directamente
proporcional al alejamiento de los objetivos del círculo de la lucha directa
(de masas)”. Lenin, “Carta de P.G. Smidovich”, en la formación de cuadros, Pág.
49 y 51. Así, el carácter de las OPM es semiclandestino, es decir, tiene una
parte de su estructura abierta y otra cerrada, mientras el MPM es semilegal,
tiene una estructura abierta, reconocida por las masas y de echo por la
burguesía;
d. Por la correlación de fuerzas. Analizando en
cada período el tipo de correlación de fuerzas (si es favorable o desfavorable)
y deduciendo sobre esta base las limitaciones
que hay para el trabajo legal y amplio en cada situación concreta;
e. Por la experiencia de lucha -violentas
o pacificas- de las masas en
cuanto a las formas de organización y de lucha
su carácter (violento o pacifico).
f. Por el carácter y tipo de tareas que cada uno cumple; el MPM tiene como tarea central la agitación,
propagandización y organización política abierta, mientras que las OPM tiene
como tarea central la conducción
política, la educación y organización de
los activistas y la preparación de las
masas para formas de combate.
2.
SE CONSTRUYE POR FRENTES DE MASAS
Las OPM de nivel intermedio se han
construido por frentes de masas debido a:
A.
La Existencia De Condiciones Ideológicas, Sociales, Culturales Y Políticas
Diferenciadas En Cada Clase, Sector O Capa Social Del Bloque Dominado.
La experiencia en este terreno, las
formas de organización y de luchas, los niveles de conciencia, el ritmo de
desarrollo de la lucha de clases y el nivel
de acumulación de fuerzas, en
cantidad y calidad -ideológicas,
culturales y sociales- de cada sector de clase, sector social y de la clase
obrera son bien diferenciados. De allí que sobre esta realidad tengamos que
construir formas organizativas de tipo político que se adapten a la situación
de cada capa dominada de nuestra sociedad pero bajo una misma concepción
ideo-política y bajo la conducción de sus actividades en un solo sentido.
B.
Construir Estructuras Políticas En Consonancia Con Las Formas De Organización
Social De La Población.
Las diversas expresiones de clase de
nuestra formación económica-social han desarrollado formas organizativas de
carácter gremial, sobre esta realidad podemos construir estructuras
políticas para lograr potenciar estas
organizaciones de masas como fuerzas auxiliares del movimiento revolucionario y
ganarnos su conducción.
C.
La Necesidad De Llevar La Política Revolucionaria A Las Masas Sobre La Base De
Su Desarrollo, Experiencia Organizativa Y Necesidades Particulares.
D.
La Necesidad De Reconocer Que Cada Clase, Sector O Capa Social Es Una Fuerza
Social Específica.
Que cumple un papel determinado en el
proceso y que tiene contradicciones particulares con el bloque dominante,
determinadas por las contradicciones generales que hay en la sociedad capitalista
colombiana.
3.
ESTRUCTURA ORGANICA
Aun carecemos de una estructura
organizativa definida debido a que prima
el criterio de que somos una corriente de opinión que no necesita una
estructura férrea, disciplinada y centralizada. Vivimos en la mayoría de las localidades en el aislamiento
político-organizativo, creando con ello un espíritu de círculo, una perspectiva de trabajo y una concepción
localista, sectorial o frentista, haciendo que los esfuerzos prácticos sean
aislados y no produzcan frutos concretos o se desarrollen lentamente. Por lo
tanto debemos superar esta situación concentrándonos en:
Centralizar la fuerza.
·
Elaborar la propuesta para la CUT, para cada
sector de la economía, y para cada sector de la producción, construyendo
equipos que le trabajen a esta.
·
Definir la línea de construcción organizativa.
·
Construir sindicatos de industria y desarrollar organización
gremial donde no la hay, politizándolas y realizando similar labor donde las
hay.
Las OPM se estructuran local, regional y
nacionalmente, así como también por estructuras nacionales de sectores
productivos. Este proceso de construcción orgánica debe ser concreto y debe ir
de lo sencillo a lo complejo. Tal cosa significa, en el caso de la fuerza
obrera, la construcción de estructuras por fábrica, empresa, rama de producción
o municipio.
En cada fábrica o empresa donde actuamos
debe haber un colectivo de OPM. Si ello no es posible por el bajo desarrollo
que tenemos, hay que juntar obreros o trabajadores de una misma rama de
producción y con ellos armar el colectivo. Si aún así no alcanzamos a
conformarlo tenemos que juntar a los que hayan en un municipio -con un máximo
de 7 compañeros- y así armar la estructura básica de OPM.
En el municipio donde haya varios
colectivos, se debe elegir un coordinador local. Además, para hacer funcional
la estructura se deben determinar unas coordinaciones por departamentos y/o
regiones, de acuerdo con el desarrollo existente. Proponemos que se definan las
siguientes regiones:
· Suroccidente, agrupando a Valle del
Cauca, Cauca, Nariño y Putumayo.
· Centro-Sur, agrupando a
Bogotá-Cundinamarca, Boyacá, Meta, Tolima, Huila y Caquetá.
· Nororiente, agrupando a Santander,
Norte de Santander, Arauca, Casanare y Vichada.
· Noroccidente, agrupando a Antioquia,
Chocó, Risaralda, Quindio y Caldas.
· Norte, agrupando a Cesar, Guajira, Magdalena,
Atlántico, Bolívar, Sucre y Córdoba.
También habrá
estructuras coordinadas nacionalmente por sistemas productivos o ramas de
producción. Estas estructuras serán responsables de los proyectos políticos
nacionales que se desarrollan con organizaciones sociales en cada caso.
Empezaremos por construir dos estructuras de este tipo: la agroalimentaria y la
energética y nos propondremos construir cinco más a corto plazo: salud,
educación, comunicaciones, transportes y financiero.
En cada parte se debe
saber coordinar adecuadamente el trabajo local de construcción de OPM con el
trabajo nacional por sistemas productivo o ramas de producción.
Todas las estructuras de
la OPM elegirán una coordinación nacional en un evento democrático y
representativo. Ella será la que asuma la conducción política de la OPM por un
periodo definido en los estatutos internos.
Como los colectivos de
la OPM son los organismos más importantes que tiene esta, describiremos
extensamente su papel y funciones en pos de dar claridad al respecto.
Empecemos por decir que
los colectivos son los organismos de participación de los activistas miembros
de las OPM. Los colectivos son las instancias con capacidad de conducción más
pequeña de la OPM. Son núcleos
dirigentes de las organizaciones sociales y están asentados directamente en
estas. Cada colectivo debe estar en función de trabajar y dirigir un espacio
determinado y cada compañero debe cumplir una labor específica dentro del trabajo y en el colectivo.
En cada colectivo de la
OPM se debe ganar disciplina, experiencia, combatividad y capacidad de
dirección.
Así, el conjunto de
colectivos que hacen parte de una OPM constituye el nexo organizativo entre
ella y el movimiento social donde actúa. Es a través de estos organismos de
base que se logra, a través de un sistema de conducción colectiva, ejercer el
papel de dirección reconocida en las organizaciones sociales.
Lo anterior implica que
los colectivos de la OPM contribuyan a lograr un desarrollo científico y
homogéneo de su política, articulando las propuestas políticas generales que
levantan con la situación local y con las propuestas específicas de cada clase
o sector social, cosa que nos evita las visiones parciales, propias de quienes
trabajan en determinados sectores de
masas.
A través de los
colectivos es que se comunica la organización con la base obrera y con las
masas. Es por medio de estos organismos que la OPM orienta, dirige, organiza y
conduce, y a la vez, recibe el cúmulo de información sobre las aspiraciones,
sentimientos, conciencia, estado de ánimo, disposición de la lucha de las
masas, así como también de la marcha concreta de sus actividades y el motivo y
resultado de sus luchas.
En su actividad
cotidiana los colectivos deben establecer profundos, amplios y múltiples
vínculos con la organización social donde actúan. Deben empaparse de los
problemas, aspiraciones, reivindicaciones, luchas, aciertos y fracasos de la
clase obrera y de los trabajadores y
aprender a asimilar su experiencia, su cultura y su lenguaje.
Así, dentro de cada
organización social, siguiendo sus movimientos pero actuando como fuerza
política independiente, los colectivos deben estar cumpliendo su función en
todos los conflictos pequeños o grandes; propagandizando e impulsando la lucha
política, las propuestas políticas de la OPM y las distintas propuestas
organizativas que tengamos, convenciendo y arrastrando a los trabajadores a la
confrontación contra sus enemigos de clase por medio de la lucha por objetivos
y reivindicaciones económicas y políticas parciales.
Los colectivos, además,
en su labor y en cumplimiento de su papel de conductores políticos, deben saber
realizar la interacción entre la dirección consciente y la actividad
espontánea del movimiento social, canalizando este último, colocándose al
frente de él, dotándolo de conciencia y de planes de trabajo, transformándolo
en fuerza organizada y actuante permanentemente.
La actividad espontánea
es la expresión de resistencia beligerante de los trabajadores a una situación
extrema a la cual los ha llevado la burguesía, que produce el agotamiento de su
paciencia. Es toda acción o movimiento no debida a una actividad sistemática
por parte de un grupo de dirigentes ya concientes.
La actividad espontánea
va formando dirigentes, a través de la experiencia en la confrontación, guiados
por su sentido común. El enfrentamiento abierto con el enemigo hace en ellos
brotar los primeros destellos de conciencia de clase. Los colectivos deben
estar pendientes de los movimientos o acciones espontáneas y tener suficiente
preparación para darles una conducción conciente. Estos movimientos pueden significar, si se saben canalizar, un
avance apreciable en el trabajo con las
organizaciones sociales y en la
acumulación de fuerzas.
Los colectivos, además
son la base pensante de la OPM; ejecutan directamente su política; son quienes
pueden desenvolver creativamente las orientaciones que emanan de la conducción
en cada organización social o frente de trabajo; apoyan y participan en la
elaboración de la política a través del desarrollo de su vida política, de la
experiencia, conocimiento, opiniones y elaboraciones y de su trabajo concreto.
Si los colectivos no
funcionan bien -no solo en el sentido orgánico de la palabra sino en el sentido
completo del término- la OPM tampoco
puede funcionar bien. Así como si la dirección no funciona bien el conjunto tampoco
funcionará bien. Tiene que haber una relación armónica en el funcionamiento
político-organizativo entre bases-dirección y dirección y bases.
Para poder hacer que el colectivo sea realmente un
organismo de dirección es preciso que el conjunto de sus componentes tenga una
sólida formación ideológica, política y organizativa. Ello hace que el
colectivo sea un espacio cualificado que debe estar integrado por personas que
hayan decidido adquirir un compromiso político de largo plazo con los
trabajadores.
El colectivo debe ser
una fortaleza orgánica. Debe preocuparse por contar con una infraestructura
mínima y un apoyo sólido dentro de las organizaciones sociales. Así, debe tener
y desarrollar una buena red de comunicación y distribución de propaganda,
fuentes propias de funcionamiento, algunos recursos económicos y materiales
para su trabajo concreto y fuentes logísticas propias.
El conjunto de los
colectivos que actúan dentro de la clase obrera y los trabajadores constituyen
la OPM obrera. Su papel dirigente
consiste en ir junto a las organizaciones sociales guiándolas, sin alejarse de
ellas; desde su propio seno deben ir
elevándolas con el ejemplo y con la persuasión política a formas superiores de
lucha y a niveles de construcción ideológicos, políticos, organizativos y
económicos cada vez más altos.
La OPM obrera no solo
debe preocuparse por canalizar, alrededor de la construcción de su propuesta
política, no solo el conjunto de expresiones organizadas de las masas sino,
también, por construir estructuras que tengan la doble función de actuar dentro del movimiento como
formas selectivas de organización política y, a la vez, ser escuelas de cuadros
revolucionarios.
Los colectivos de la OPM
deben reproducirse extendiendo su influencia ideológica y político-organizativa
en las organizaciones sociales. Este es
uno de los índices que mide el nivel de actividad de los colectivos.
Los colectivos deben ser
marxistas leninistas. Esto significa que en su actividad práctica debe aplicar
el método marxista-leninista, entendiéndolo como una guía
para la acción, como una herramienta teórica indispensable, que
utilizada en la actividad práctica e
introducida en la conciencia de las masas se transforma en fuerza material de carácter revolucionario. Es preciso,
entonces, estudiar, profundizar y actualizar constantemente el conocimiento
del marxismo-leninismo, racionalizar
nuestra experiencia revolucionaria y conocer la realidad nacional e
internacional.
La actividad política de
los colectivos debe ser consciente,
científica, planificada y evaluada. Debe responder al método
marxista-leninista. Debe romper con el empirismo y con el pragmatismo.
Los colectivos se
guían en su actividad político-organizada por el centralismo
democrático. Todos los miembros de los
colectivos deben considerarse parte actuante de la OPM y son
representantes tanto de esta como de sus
instancias superiores de dirección, hallándose obligadas a seguir sus orientaciones e instrucciones y a observar todas las normas y estatutos
vigentes en ella.
A su vez, los colectivos
controlan a los dirigentes, los eligen o cambian periódicamente, ejercen la
critica y la autocrítica como proceso
permanente de vigilancia y control y hacen el balance político general sobre la actividad práctica de la OPM y sobre
el desempeño de sus dirigentes y bases. Evalúan, también, los errores para
corregirlos, profundizan en los aciertos y elevan cada vez más su capacidad práctica.
Solo hay centralismo
pleno si hay participación conciente, activa, creadora por parte de los
colectivos en la elaboración, definición y decisión de las propuestas políticas
y en la estrategia y táctica particular a aplicar por parte de la OPM. Para
hacer práctico el centralismo democrático es preciso que los colectivos estén
al tanto de la problemática de la OPM, de las divergencias que puedan existir o
de las distintas posiciones que se muevan a su interior y medios suficientes
para desarrollar el debate. Así mismo, deben tener amplios espacios de
formación ideopolítica y de definición democrática.
Es necesario, además,
que haya un buen nivel de participación, comprensión y asimilación por parte de
los colectivos de los objetivos -tanto estratégicos como tácticos- así como de los planes y propuestas políticas
definidas colectivamente. Si no hay la suficiente comprensión sobre estos
aspectos los colectivos no entenderán que es
lo que se persigue y terminaran
actuando empíricamente.
4. LA ARTICULACION DE LA ORGANIZACION POLITICA
DE MASAS EN EL MOVIMIENTO POLITICIO DE MASAS.
Distingamos entre las
características de las OPM y de los MPM.
Si bien nosotros tenemos que trabajar en todos los espacios (legales,
semilegales, clandestinos) debemos saber este tipo de objetivos perseguidos en
el trabajo en cada nivel de estos, que
formas organizativas se requiere para
ello y que tipo de composición tiene cada una. Así, trabajamos y trabajaremos
dentro de organizaciones legales (como los sindicatos) para luchar por
reivindicaciones económicas y democráticas para el pueblo, procurando en esta
lucha mediante la agitación, la propaganda, la movilización y organización de
las masas agudizar las contradicciones con el régimen, destacar los líderes de
masas y obtener recursos infraestructurales.
En este nivel están las organizaciones gremiales de
masas, que como ya hemos reiterado deben
asumir posición política dentro del proceso sin dar lugar al neutralismo, y agruparsen dentro de
propuestas políticas generales. Las formas semilegales nos posibilita levantar
y agitar en forma amplia nuestra política, el acercamiento y conocimiento más
profundo de las masas permitiendo la elevación de sus niveles de conciencia y
combatividad.
En este nivel están los
movimientos políticos de masas. Y las OPM que nos permiten captar a la parte
más avanzada del movimiento de masas, construir la dirección revolucionaria del
movimiento de masas y desarrollar
políticas particulares para cada frente
de masas, articuladas a la propuesta general, este nivel es semiclandestino, de
activistas y cuadros del movimiento. Entonces los niveles organizativos están
determinados por la composición y el tipo de actividad que hay que desarrollar
allí. Resumamos entonces, las diferencias entre las organizaciones políticas de
masas:
1. Por su
composición, el uno de masas y el otro de activistas;
2. Por el tipo
de actividad que cada uno desarrolla, que para el caso del
MPM es aglutinar y centralizar un bloque muy amplio y muy diverso del movimiento de masas a través de propuestas
amplias y en el caso de las OPM es ganarse la conducción del movimiento obrero-sindical
y hacerlo confluir en el MPM.
3. Por el tipo
de estructura: el uno muy amplio, muy poco reglamentado, y el otro
reglamentado (se aplica al centralismo democrático) y con una estructura mucho
más rígida y exigente.
4. Por el
carácter que cada organización tiene.
Hemos dicho ya que a
cada nivel organizativo corresponde un nivel de desarrollo de la conciencia y
de la actividad de las masas. Que para poder definir las formas organizativas
para la revolución colombiana es necesario tomar en cuenta la composición de la
clase de nuestra formación económico
social, la experiencia política de las masas, la experiencia de la izquierda
nacional, la concepción de poder que tenemos y la experiencia universal del
marxismo-leninismo, que cada forma organizativa tiene un conjunto de
características que determinan su existencia. Así, organización
política de masas no existe sino una sola pro frente de masas,
independientemente de que esta sea legal, semilegal, semiclandestina o
clandestina (ya que el desarrollo de la
lucha de las masas puede hacerle cambiar
su carácter y sin embargo el conjunto de características, no varían
sustancialmente).
La OPM impulsa cada una
de las partes que componen el trabajo revolucionario (la agitación, la propaganda, la organización
y confrontación).
Define sus formas de
lucha de acuerdo al curso del movimiento. “El marxismo reconoce las más
diversas formas de lucha y no las
‘inventa’, sino que solo generaliza, como organizada expresión consciente, a aquellas formas de lucha de
las clases revolucionarias que por si mismas surgen en el curso del movimiento... el marxismo
exige que el problema de las formas de lucha sea enfocado históricamente.
Ocuparse de este problema al margen de la situación histórica concreta revela
falta de comprensión de los rudimentos del materialismo histórico... Querer
contestar si o no a la cuestión si debe utilizarse un determinado medio de
lucha, sin examinar en detalle la situación concreta del movimiento dado, la
fase dada de su desarrollo, equivale por completo a abandonar la posición
marxista”(Lenin, Guerra de Guerrillas, en UNO en DOS No. 7, Págs. 106 y 107).
En conclusión podemos decir que para poder discutir que formas de lucha deben
implementar en el momento las OPM es necesario analizar el problema históricamente
(la historia de confrontación de la clase obrera, por ejemplo), esto es, tener
plena conciencia de que el surgimiento de formas de lucha o la obsolencia de
otras están en función de las transformaciones
en la correlación de fuerzas y, que no hay que “inventar” formas de
lucha, sino aprender de la experiencia concreta de las masas, utilizar y
adecuar aquellas formas de lucha que surgen espontáneamente y embrionariamente
en la propia actividad de las masas, racionalizándolas y generalizándolas.
Si hay que asumir nuevas
formas de lucha lo que hay que hacer es preparar a las OPM para que lo hagan y no desaparecerlas, “toda
nueva forma de lucha, al implicar nuevos peligros y sacrificios ‘desorganiza’ inevitablemente a
las organizaciones no preparadas para ella... los revolucionarios deben
preparar y educar a sus organizaciones
para que realmente sean capaces de actuar como parte combatiente que no
deja pasar ni una sola ocasión para infligirle pérdidas al enemigo. Es esta una
tarea difícil, no cabe duda, y no es posible resolverla de golpe. Así como todo
el pueblo se reeduca y aprende a luchar
en el curso de la guerra civil,
así también nuestras organizaciones
deben educarse y reestructurarse
sobre la base de lo que enseña la experiencia, a fin de estar en
condiciones de afrontar tal tarea”. Lenin, Guerra de Guerrillas, Uno en
Dos No. 7, Págs. 111 y 113;
La OPM es un proyecto
político para los trabajadores. Afirmar que los trabajadores no
pueden tener un proyecto férreo, disciplinado, centralizado, y de alcances políticos es un error. El hecho
de que fundamentalmente no hayamos apoyado en capas de trabajadores de sectores
no obreros nos trae serias limitaciones ideológicas y políticas, (indisciplina,
inorganicidad, economicismo, etc.) pero no niega la OPM como proyecto. Esto es
querer confundir la forma con el fondo de las cosas. Planteamos que la OPM no
es una corriente de opinión sino una forma organizativa de nivel intermedio y
sobre esa base debe asumir su práctica política.
En los últimos años
hemos comenzado a trabajar con el fin de organizar a las más amplias masas, y construir la dirección del
movimiento político de masas como dos
aspectos estrechamente relacionados pues la dirección no se puede construir
fuera de este sino en conjunto en este, y a la vez diferenciados, ya que el
desarrollo ideológico, político y organizativo de las organizaciones que ejercen la conducción del movimiento es más
alto que el de las organizaciones
básicas que componen el movimiento.
La OPM tiene que articular
y desarrollar la propuesta más amplia
para el movimiento de masas con formas organizativas más reglamentadas, de
carácter intermedio, que le den solidez y continuidad dentro del panorama
político nacional a la propuesta global y le sirvan de columna vertebral a esta. Estas organizaciones de masas de nivel intermedio se han venido construyendo
históricamente y se han ganado un espacio político propio en los sectores más
avanzados de las masas en los diversos
frentes de masas en donde se han venido
construyendo;
5. LINEA DE CONSTRUCCION.
6. ESTATUTOS.
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