miércoles, 27 de marzo de 2013

CARÁCTER Y ESTRUCTURA DE LA ORGANIZACION POLITICA DE MASAS DE LOS TRABAJADORES


1. CARACTERÍSTICAS ORGANIZATIVAS.


A. Es Una Organización De Tipo Estratégico.

La teoría y la experiencia internacional y nacional organizativa del marxismo nos dicen que existen organizaciones de tipo estratégico, de tipo táctico y de tipo coyuntural. Las  organizaciones de tipo estratégico son aquellas que requiere el proletariado y el pueblo para llevar a feliz término los objetivos que se han trazado en una etapa revolucionaria dada, siendo estas formas organizativas las que aglutinan al movimiento revolucionario  y de masas de manera permanente. Las organizaciones políticas de masas  de nivel intermedio expresan un nivel avanzado de desarrollo de las masas, unen y cohesionan estas con la dirección revolucionaria, siendo esta una tarea permanente durante todo el proceso.

Por lo demás, como mencionamos más arriba, existen formas de organización de tipo táctico que corresponde a formas de lucha que tienen existencia durante un período determinado de la lucha de clases y, por tanto, desaparecen con el cambio de la correlación de fuerzas, pues han sido concebidas, para propósitos de “acumulación  de fuerzas” por las mismas masas, en condiciones particulares, “desapareciendo con el desarrollo del movimiento de masas, el crecimiento de la conciencia de clase de las masas y la agudización de las crisis económicas y políticas”[1], dando paso a otras que corresponden a las nuevas necesidades.

Existen también formas de organización coyunturales que nacen y desaparecen con las explosiones del movimiento de  masas, siendo imposible en muchas oportunidades, por falta de conducción política, transformarla en expresiones permanentes.

En resumen, podemos concluir que el avance en el proceso de acumulación de fuerzas no determina la existencia de formas organizativas de tipo estratégico. Lo que sucede es que estas últimas adecuan sus estructuras a la nueva realidad de la lucha de clases para hacerse más eficaces en la conducción política y en los demás campos de la actividad revolucionaria; esa readecuación  debe hacerse sobre la base de las enseñanzas que deja la experiencia, a fin de prepararse para afrontar con éxito las nuevas tareas que exige el proceso.






B. Se Guía Por Los Criterios Leninistas De Organización.

Los criterios que guían en este tipo de organización son:

a.      El centralismo democrático. El centralismo democrático es la centralización de las ideas correctas a partir de lo cual se puede lograr la unidad de:
·         Compresión,
·         Política,
·         Planes,
·         Mando,
·         Acción.

Además el centralismo democrático contempla la crítica y la autocrítica y la reglamentación de la vida organizativa a través de los estatutos.

b. La planificación centralizada.
c. La división del trabajo y especialización.

C. Tiene Un Grado Relativo De Autonomía Política Y Es Orgánicamente  Autónoma. Para poder llevar la política al pueblo es necesario definir cuales son las formas de organización y de lucha, los métodos, estilos  e instrumentos que debemos diseñar y poner en práctica en nuestras condiciones concretas, para lograr la unidad de la política con el movimiento de masas. Además, es necesario tener  en cuenta que para poder elaborar una línea de trabajo correcta con el pueblo es necesario tener en cuenta la experiencia acumulada por las masas en todos  los campos, conocer el estado de ánimos de estas, conocer donde están los sectores más avanzados, los medios  y los atrasados y saberse apoyar en los primeros, conocer el nivel político del movimiento, saber definir los contenidos y los objetivos de las acciones de masas y elegir las consignas  adecuadas que posibiliten su educación, organización y movilización alrededor de ellas.

La autonomía relativa de la OPM  se expresa en:

a) Definición de una estrategia y tácticas sectorial propia, articulada a la estrategia y táctica general.
b) Estructura e instancias de definición y dirección propias
c) Infraestructura y finanzas propias.
d) Prensa propia.
e) Estatutos particulares, que corresponden a su nivel organizativo.
f) Línea de construcción  particular. Tiene su propia línea de construcción organizativa, que se expresa el tipo de crecimiento  a desarrollar y la definición de cuáles son los sectores más importantes a nivel estratégico, tanto en lo económico como en lo político, para asentarnos allí, enrumbando nuestros esfuerzos claramente,
g) Métodos y estilos de trabajo correctos y aplica los métodos de dirección marxistas.
h) Tiene instrumentos adecuados para tener cohesión interna y proyectarnos de manera unificada hacia el movimiento de masas, como son la prensa, la agitación, etc.

D. Es Una Forma Organizativa clandestina.

Este carácter se determina por:

a. Los objetivos o fines que persigue cada organización;
b.      El carácter del régimen imperante;
c.       c. El tipo de actividad que desarrolla. “Cuanto más masiva sea la organización, tanto menos reglamentada y tanto menos clandestina deberá ser... La clandestinidad será inversamente proporcional al número de miembros del círculo y directamente proporcional al alejamiento de los objetivos del círculo de la lucha directa (de masas)”. Lenin, “Carta de P.G. Smidovich”, en la formación de cuadros, Pág. 49 y 51. Así, el carácter de las OPM es semiclandestino, es decir, tiene una parte de su estructura abierta y otra cerrada, mientras el MPM es semilegal, tiene una estructura abierta, reconocida por las masas y de echo por la burguesía;

d. Por la correlación de fuerzas. Analizando en cada período el tipo de correlación de fuerzas (si es favorable o desfavorable) y deduciendo sobre esta base las limitaciones  que hay para el trabajo legal y amplio en cada situación concreta;

e. Por la experiencia de lucha -violentas o pacificas- de las masas  en cuanto a las formas de organización y de lucha  su carácter (violento o pacifico).

f. Por el carácter  y tipo de tareas que cada uno cumple;  el MPM tiene como tarea central la agitación, propagandización y organización política abierta, mientras que las OPM tiene como tarea central  la conducción política, la educación y organización  de los activistas y la  preparación de las masas para formas de combate.

2. SE CONSTRUYE POR FRENTES DE MASAS

Las OPM de nivel intermedio se han construido por frentes de masas debido a:

A. La Existencia De Condiciones Ideológicas, Sociales, Culturales Y Políticas Diferenciadas En Cada Clase, Sector O Capa Social Del Bloque Dominado.

La experiencia en este terreno, las formas de organización y de luchas, los niveles de conciencia, el ritmo de desarrollo de la lucha de clases y el nivel  de acumulación  de fuerzas, en cantidad y calidad  -ideológicas, culturales y sociales- de cada sector de clase, sector social y de la clase obrera son bien diferenciados. De allí que sobre esta realidad tengamos que construir formas organizativas de tipo político que se adapten a la situación de cada capa dominada de nuestra sociedad pero bajo una misma concepción ideo-política y bajo la conducción de sus actividades en un solo sentido.



B. Construir Estructuras Políticas En Consonancia Con Las Formas De Organización Social De La Población.

Las diversas expresiones de clase de nuestra formación económica-social han desarrollado formas organizativas de carácter gremial, sobre esta realidad podemos construir estructuras políticas  para lograr potenciar estas organizaciones de masas como fuerzas auxiliares del movimiento revolucionario y ganarnos su conducción.

C. La Necesidad De Llevar La Política Revolucionaria A Las Masas Sobre La Base De Su Desarrollo, Experiencia Organizativa Y Necesidades Particulares.

D. La Necesidad De Reconocer Que Cada Clase, Sector O Capa Social Es Una Fuerza Social  Específica.

Que cumple un papel determinado en el proceso y que tiene contradicciones particulares con el bloque dominante, determinadas por las contradicciones  generales  que hay en la sociedad capitalista colombiana.


3. ESTRUCTURA ORGANICA

Aun carecemos de una estructura organizativa definida debido a que prima  el criterio de que somos una corriente de opinión que no necesita una estructura férrea, disciplinada y centralizada. Vivimos en la mayoría  de las localidades en el aislamiento político-organizativo, creando con ello un espíritu de círculo,  una perspectiva de trabajo y una concepción localista, sectorial o frentista, haciendo que los esfuerzos prácticos sean aislados y no produzcan frutos concretos o se desarrollen lentamente. Por lo tanto debemos superar esta situación concentrándonos en:

Centralizar la fuerza.
·         Elaborar la propuesta para la CUT, para cada sector de la economía, y para cada sector de la producción, construyendo equipos que le trabajen a esta.
·         Definir la línea de construcción  organizativa.
·         Construir sindicatos de industria y desarrollar organización gremial donde no la hay, politizándolas y realizando similar labor donde las hay.

Las OPM se estructuran local, regional y nacionalmente, así como también por estructuras nacionales de sectores productivos. Este proceso de construcción orgánica debe ser concreto y debe ir de lo sencillo a lo complejo. Tal cosa significa, en el caso de la fuerza obrera, la construcción de estructuras por fábrica, empresa, rama de producción o municipio.

En cada fábrica o empresa donde actuamos debe haber un colectivo de OPM. Si ello no es posible por el bajo desarrollo que tenemos, hay que juntar obreros o trabajadores de una misma rama de producción y con ellos armar el colectivo. Si aún así no alcanzamos a conformarlo tenemos que juntar a los que hayan en un municipio -con un máximo de 7 compañeros- y así armar la estructura básica de OPM.

En el municipio donde haya varios colectivos, se debe elegir un coordinador local. Además, para hacer funcional la estructura se deben determinar unas coordinaciones por departamentos y/o regiones, de acuerdo con el desarrollo existente. Proponemos que se definan las siguientes regiones:

·      Suroccidente, agrupando a Valle del Cauca, Cauca, Nariño y Putumayo.

·      Centro-Sur, agrupando a Bogotá-Cundinamarca, Boyacá, Meta, Tolima, Huila y Caquetá.

·      Nororiente, agrupando a Santander, Norte de Santander, Arauca, Casanare y Vichada.

·      Noroccidente, agrupando a Antioquia, Chocó, Risaralda, Quindio y Caldas.

·      Norte, agrupando a Cesar, Guajira, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Sucre y Córdoba.

También habrá estructuras coordinadas nacionalmente por sistemas productivos o ramas de producción. Estas estructuras serán responsables de los proyectos políticos nacionales que se desarrollan con organizaciones sociales en cada caso. Empezaremos por construir dos estructuras de este tipo: la agroalimentaria y la energética y nos propondremos construir cinco más a corto plazo: salud, educación, comunicaciones, transportes y financiero.

En cada parte se debe saber coordinar adecuadamente el trabajo local de construcción de OPM con el trabajo nacional por sistemas productivo o ramas de producción.

Todas las estructuras de la OPM elegirán una coordinación nacional en un evento democrático y representativo. Ella será la que asuma la conducción política de la OPM por un periodo definido en los estatutos internos.

Como los colectivos de la OPM son los organismos más importantes que tiene esta, describiremos extensamente su papel y funciones en pos de dar claridad al respecto.

Empecemos por decir que los colectivos son los organismos de participación de los activistas miembros de las OPM. Los colectivos son las instancias con capacidad de conducción más pequeña  de la OPM. Son núcleos dirigentes de las organizaciones sociales y están asentados directamente en estas. Cada colectivo debe estar en función de trabajar y dirigir un espacio determinado y cada compañero debe cumplir una labor específica  dentro del trabajo y en el colectivo.

En cada colectivo de la OPM se debe ganar disciplina, experiencia, combatividad y capacidad de dirección.

Así, el conjunto de colectivos que hacen parte de una OPM constituye el nexo organizativo entre ella y el movimiento social donde actúa. Es a través de estos organismos de base que se logra, a través de un sistema de conducción colectiva, ejercer el papel de dirección reconocida en las organizaciones sociales.

Lo anterior implica que los colectivos de la OPM contribuyan a lograr un desarrollo científico y homogéneo de su política, articulando las propuestas políticas generales que levantan con la situación local y con las propuestas específicas de cada clase o sector social, cosa que nos evita las visiones parciales, propias de quienes trabajan en determinados sectores de  masas.

A través de los colectivos es que se comunica la organización con la base obrera y con las masas. Es por medio de estos organismos que la OPM orienta, dirige, organiza y conduce, y a la vez, recibe el cúmulo de información sobre las aspiraciones, sentimientos, conciencia, estado de ánimo, disposición de la lucha de las masas, así como también de la marcha concreta de sus actividades y el motivo y resultado de sus luchas.

En su actividad cotidiana los colectivos deben establecer profundos, amplios y múltiples vínculos con la organización social donde actúan. Deben empaparse de los problemas, aspiraciones, reivindicaciones, luchas, aciertos y fracasos de la clase obrera y de los trabajadores y  aprender a asimilar su experiencia, su cultura y su lenguaje.

Así, dentro de cada organización social, siguiendo sus movimientos pero actuando como fuerza política independiente, los colectivos deben estar cumpliendo su función en todos los conflictos pequeños o grandes; propagandizando e impulsando la lucha política, las propuestas políticas de la OPM y las distintas propuestas organizativas que tengamos, convenciendo y arrastrando a los trabajadores a la confrontación contra sus enemigos de clase por medio de la lucha por objetivos y reivindicaciones económicas y políticas parciales.

Los colectivos, además, en su labor y en cumplimiento de su papel de conductores políticos, deben saber realizar la interacción  entre  la dirección consciente y la actividad espontánea del movimiento social, canalizando este último, colocándose al frente de él, dotándolo de conciencia y de planes de trabajo, transformándolo en fuerza organizada y actuante permanentemente.

La actividad espontánea es la expresión de resistencia beligerante de los trabajadores a una situación extrema a la cual los ha llevado la burguesía, que produce el agotamiento de su paciencia. Es toda acción o movimiento no debida a una actividad sistemática por parte de un grupo de dirigentes ya concientes.

La actividad espontánea va formando dirigentes, a través de la experiencia en la confrontación, guiados por su sentido común. El enfrentamiento abierto con el enemigo hace en ellos brotar los primeros destellos de conciencia de clase. Los colectivos deben estar pendientes de los movimientos o acciones espontáneas y tener suficiente preparación para darles una conducción conciente. Estos movimientos  pueden significar, si se saben canalizar, un avance apreciable  en el trabajo con las organizaciones sociales y en  la acumulación de fuerzas.

Los colectivos, además son la base pensante de la OPM; ejecutan directamente su política; son quienes pueden desenvolver creativamente las orientaciones que emanan de la conducción en cada organización social o frente de trabajo; apoyan y participan en la elaboración de la política a través del desarrollo de su vida política, de la experiencia, conocimiento, opiniones y elaboraciones y de su trabajo concreto.

Si los colectivos no funcionan bien -no solo en el sentido orgánico de la palabra sino en el sentido completo del término-  la OPM tampoco puede funcionar bien. Así como si la dirección no funciona bien el conjunto tampoco funcionará bien. Tiene que haber una relación armónica en el funcionamiento político-organizativo entre bases-dirección y dirección y bases.

Para poder  hacer que el colectivo sea realmente un organismo de dirección es preciso que el conjunto de sus componentes tenga una sólida formación ideológica, política y organizativa. Ello hace que el colectivo sea un espacio cualificado que debe estar integrado por personas que hayan decidido adquirir un compromiso político de largo plazo con los trabajadores.

El colectivo debe ser una fortaleza orgánica. Debe preocuparse por contar con una infraestructura mínima y un apoyo sólido dentro de las organizaciones sociales. Así, debe tener y desarrollar una buena red de comunicación y distribución de propaganda, fuentes propias de funcionamiento, algunos recursos económicos y materiales para su trabajo concreto y fuentes logísticas propias.

El conjunto de los colectivos que actúan dentro de la clase obrera y los trabajadores constituyen la OPM obrera. Su papel  dirigente consiste en ir junto a las organizaciones sociales guiándolas, sin alejarse de ellas; desde  su propio seno deben ir elevándolas con el ejemplo y con la persuasión política a formas superiores de lucha y a niveles de construcción ideológicos, políticos, organizativos y económicos cada  vez más altos.

La OPM obrera no solo debe preocuparse por canalizar, alrededor de la construcción de su propuesta política, no solo el conjunto de expresiones organizadas de las masas sino, también, por construir estructuras que tengan la doble  función de actuar dentro del movimiento como formas selectivas de organización política y, a la vez, ser escuelas de cuadros revolucionarios.

Los colectivos de la OPM deben reproducirse extendiendo su influencia ideológica y político-organizativa en las organizaciones sociales. Este  es uno de los índices que mide el nivel de actividad de los colectivos.

Los colectivos deben ser marxistas leninistas. Esto significa que en su actividad práctica debe aplicar el método marxista-leninista, entendiéndolo como  una guía  para la acción, como una herramienta teórica indispensable, que utilizada en la actividad práctica  e introducida en la conciencia de las masas se transforma en fuerza material  de carácter revolucionario. Es preciso, entonces, estudiar, profundizar y actualizar constantemente el conocimiento del  marxismo-leninismo, racionalizar nuestra experiencia revolucionaria y conocer la realidad nacional e internacional.

La actividad política de los colectivos debe  ser consciente, científica, planificada y evaluada. Debe responder al método marxista-leninista. Debe  romper  con el empirismo y con el pragmatismo.

Los colectivos se guían  en su actividad  político-organizada por el centralismo democrático. Todos  los miembros de los colectivos deben considerarse parte actuante de la OPM y son representantes  tanto de esta como de sus instancias superiores de dirección, hallándose obligadas a seguir   sus orientaciones e instrucciones  y a observar todas las normas y estatutos vigentes en ella.

A su vez, los colectivos controlan a los dirigentes, los eligen o cambian periódicamente, ejercen la critica y  la autocrítica como proceso permanente de vigilancia y control  y  hacen el balance político general  sobre la actividad práctica de la OPM y sobre el desempeño de sus dirigentes y bases. Evalúan, también, los errores para corregirlos, profundizan en los aciertos y elevan cada vez más  su capacidad práctica.

Solo hay centralismo pleno si hay participación conciente, activa, creadora por parte de los colectivos en la elaboración, definición y decisión de las propuestas políticas y en la estrategia y táctica particular a aplicar por parte de la OPM. Para hacer práctico el centralismo democrático es preciso que los colectivos estén al tanto de la problemática de la OPM, de las divergencias que puedan existir o de las distintas posiciones que se muevan a su interior y medios suficientes para desarrollar el debate. Así mismo, deben tener amplios espacios de formación ideopolítica y de definición democrática.

Es necesario, además, que haya un buen nivel de participación, comprensión y asimilación por parte de los colectivos de los objetivos -tanto estratégicos como tácticos-  así como de los planes y propuestas políticas definidas colectivamente. Si no hay la suficiente comprensión sobre estos aspectos los colectivos no entenderán que es  lo que se persigue y terminaran  actuando empíricamente.


4. LA ARTICULACION DE LA ORGANIZACION POLITICA DE MASAS EN EL MOVIMIENTO POLITICIO DE MASAS.


Distingamos entre las características  de las OPM y de los MPM. Si bien nosotros tenemos que trabajar en todos los espacios (legales, semilegales, clandestinos) debemos saber este tipo de objetivos perseguidos en el trabajo en cada nivel de estos,  que formas organizativas se requiere  para ello y que tipo de composición tiene cada una. Así, trabajamos y trabajaremos dentro de organizaciones legales (como los sindicatos) para luchar por reivindicaciones económicas y democráticas para el pueblo, procurando en esta lucha mediante la agitación, la propaganda, la movilización y organización de las masas agudizar las contradicciones con el régimen, destacar los líderes de masas y obtener recursos infraestructurales.

En este  nivel están las organizaciones gremiales de masas,  que como ya hemos reiterado deben asumir posición política dentro del proceso sin dar lugar al  neutralismo, y agruparsen dentro de propuestas políticas generales. Las formas semilegales nos posibilita levantar y agitar en forma amplia nuestra política, el acercamiento y conocimiento más profundo de las masas permitiendo la elevación de sus niveles de conciencia y combatividad.

En este nivel están los movimientos políticos de masas. Y las OPM que nos permiten captar a la parte más avanzada del movimiento de masas, construir la dirección revolucionaria del movimiento de  masas y desarrollar políticas  particulares para cada frente de masas, articuladas a la propuesta general, este nivel es semiclandestino, de activistas y cuadros del movimiento. Entonces los niveles organizativos están determinados por la composición y el tipo de actividad que hay que desarrollar allí. Resumamos entonces, las diferencias entre las organizaciones políticas de masas:

1. Por su composición, el uno de masas y el otro de activistas;
2. Por el tipo de actividad que cada uno desarrolla, que para el caso del MPM es aglutinar y centralizar un bloque muy amplio y muy diverso del  movimiento de masas a través de propuestas amplias y en el caso de las OPM es ganarse la conducción del movimiento obrero-sindical y hacerlo confluir en el MPM.
3. Por el tipo de estructura: el uno muy amplio, muy poco reglamentado, y el otro reglamentado (se aplica al centralismo democrático) y con una estructura mucho más rígida y exigente.
4. Por el carácter que cada organización tiene.
Hemos dicho ya que a cada nivel organizativo corresponde un nivel de desarrollo de la conciencia y de la actividad de las masas. Que para poder definir las formas organizativas para la revolución colombiana es necesario tomar en cuenta la composición de la clase  de nuestra formación económico social, la experiencia política de las masas, la experiencia de la izquierda nacional, la concepción de poder que tenemos y la experiencia universal del marxismo-leninismo, que cada forma organizativa tiene un conjunto de características  que  determinan su existencia. Así, organización política de masas no existe sino una sola pro frente de masas, independientemente de que esta sea legal, semilegal, semiclandestina o clandestina (ya que el desarrollo  de la lucha de las masas puede hacerle cambiar  su carácter y sin embargo el conjunto de características, no varían sustancialmente).

La OPM impulsa cada una de las partes que componen el trabajo revolucionario  (la agitación, la propaganda, la organización y confrontación).

Define sus formas de lucha de acuerdo al curso del movimiento. “El marxismo reconoce las más diversas formas de lucha y no  las ‘inventa’, sino que solo generaliza, como organizada expresión   consciente, a aquellas formas de lucha de las clases revolucionarias que por si mismas surgen  en el curso del movimiento... el marxismo exige que el problema de las formas de lucha sea enfocado históricamente. Ocuparse de este problema al margen de la situación histórica concreta revela falta de comprensión de los rudimentos del materialismo histórico... Querer contestar si o no a la cuestión si debe utilizarse un determinado medio de lucha, sin examinar en detalle la situación concreta del movimiento dado, la fase dada de su desarrollo, equivale por completo a abandonar la posición marxista”(Lenin, Guerra de Guerrillas, en UNO en DOS No. 7, Págs. 106 y 107). En conclusión podemos decir que para poder discutir que formas de lucha deben implementar en el momento las OPM es necesario analizar el problema históricamente (la historia de confrontación de la clase obrera, por ejemplo), esto es, tener plena conciencia de que el surgimiento de formas de lucha o la obsolencia de otras están en función de las transformaciones  en la correlación de fuerzas y, que no hay que “inventar” formas de lucha, sino aprender de la experiencia concreta de las masas, utilizar y adecuar aquellas formas de lucha que surgen espontáneamente y embrionariamente en la propia actividad de las masas, racionalizándolas y generalizándolas.

Si hay que asumir nuevas formas de lucha lo que hay que hacer es preparar a las OPM  para que lo hagan y no desaparecerlas, “toda nueva forma de lucha, al implicar nuevos peligros  y sacrificios ‘desorganiza’ inevitablemente a las organizaciones no preparadas para ella... los revolucionarios deben preparar y educar a sus organizaciones  para que realmente sean capaces de actuar como parte combatiente que no deja pasar ni una sola ocasión para infligirle pérdidas al enemigo. Es esta una tarea difícil, no cabe duda, y no es posible resolverla de golpe. Así como todo el pueblo se reeduca y aprende a luchar  en el curso de la guerra civil,  así también nuestras organizaciones  deben educarse y reestructurarse  sobre la base de lo que enseña la experiencia, a fin de estar en condiciones de afrontar tal tarea”. Lenin, Guerra de Guerrillas, Uno en Dos  No. 7, Págs. 111 y  113;

La OPM es un proyecto político para los trabajadores. Afirmar que los trabajadores  no  pueden tener un proyecto férreo, disciplinado, centralizado,  y de alcances políticos es un error. El hecho de que fundamentalmente no hayamos apoyado en capas de trabajadores de sectores no obreros nos trae serias limitaciones ideológicas y políticas, (indisciplina, inorganicidad, economicismo, etc.) pero no niega la OPM como proyecto. Esto es querer confundir la forma con el fondo de las cosas. Planteamos que la OPM no es una corriente de opinión sino una forma organizativa de nivel intermedio y sobre esa base debe asumir su práctica política.

En los últimos años hemos comenzado a trabajar con el fin de organizar a las más amplias  masas, y construir la dirección del movimiento político de masas  como dos aspectos estrechamente relacionados pues la dirección no se puede construir fuera de este sino en conjunto en este, y a la vez diferenciados, ya que el desarrollo ideológico, político  y  organizativo de las organizaciones  que ejercen la conducción del movimiento  es más  alto  que el de las organizaciones básicas que componen el movimiento.

La OPM tiene que articular y desarrollar la propuesta  más amplia para el movimiento de masas con formas organizativas más reglamentadas, de carácter intermedio, que le den solidez y continuidad dentro del panorama político nacional a la propuesta global y le sirvan de columna vertebral  a esta. Estas organizaciones de masas de  nivel intermedio se han venido construyendo históricamente y se han ganado un espacio político propio en los sectores más avanzados de las masas  en los diversos frentes de  masas en donde se han venido construyendo;


5. LINEA DE CONSTRUCCION.


6. ESTATUTOS.





[1] Lenin, Guerra De Guerrillas.

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